jueves, 26 de noviembre de 2009

Una más de los medios contra la democracia


El Observatorio de Periodismo y Derechos Humanos de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Nación de Cuyo desnuda los mecanismos tergiversadores de la realidad utilizados por los diarios Los Andes y Uno.


El recurso que más utilizaron los diarios Los Andes y Uno en la construcción de sentido opositor y deslegitimante del proyecto de Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual, durante su reciente debate parlamentario (que finalizó con su sanción y promulgación), fue la selección, omisión o carencia de fuentes. Cabe destacar respecto de diario Uno, por ejemplo, que la fuente más utilizada para la construcción de su cobertura fue el dueño de la multimedia a la que pertenece el periódico, Daniel Vila.

El equipo de trabajo del Proyecto de Investigación Observatorio de Periodismo y Derechos Humanos de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Nacional de Cuyo llevó a cabo una investigación respecto de cómo y con qué intencionalidad los dos diarios locales, Los Andes y Uno, abordaron la temática del proyecto devenido en Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual.

Ese equipo está integrado por Ernesto Espeche (Director); Roberto Follari (Co-Director); Soledad Gil y Jimena Marín (Coordinadoras) y Juan Pablo Rojas, Penélope Moro, Mariana Olguín y Moisés Ortiz (Observadores y Observadoras).

Estas conclusiones y la investigación que presentamos a continuación, se basan en el modelo teórico-metodológico de la Intencionalidad Editorial.
En síntesis, los enunciados que conforman el sustento filosófico del modelo como propuesta teórico – metodológica para analizar los procesos periodísticos, son: “el proceso periodístico es en esencia la conversión de una parcialidad determinada (de clase o grupo) en un valor universal o natural. Que por ello se apoya en una serie de mitos para ocultar su naturaleza. Que ese rasgo manifiesta el carácter ideológico del periodismo y su rol en la construcción de Hegemonía. Que su ineludible involucramiento en la disputa por el Poder lo ubica en el plano de la propaganda” (Espeche, 2006: 19).

Cuando decimos que el periodismo forma parte del concepto genérico de propaganda, supone que aquél comparte con éste una serie de métodos comunes que son punto de relación y de identidad. La particularidad del periodismo como parte de la propaganda se define por la relación dialéctica entre objetividad y parcialidad. “Por objetividad entendemos que el hecho periodístico puede ser confirmado y contrastado a partir de las fuentes, mientras que la parcialidad se advierte en la medida en que siempre existe una toma de posición frente a ese mismo hecho” (López, 2005: 48).

Dicho esto, es necesario analizar los puntos de relación e identificación entre la propaganda en sentido genérico, y el periodismo como forma especial de propaganda. En este sentido, Domenach menciona cinco reglas de la propaganda que pueden servirnos como referencia: simplificación y enemigo único, exageración y desfiguración, orquestación, transfusión y unanimidad y contagio.

Hablamos de simplificación en el sentido de que toda propaganda, para alcanzar su objetivo debe buscar la síntesis de lo complejo. La titulación en la prensa encierra esta condición al sintetizar el tema central de un artículo en una unidad compuesta por una volanta, un título y una bajada. Pero en realidad la simplificación atraviesa todo el cuerpo del medio.

La regla de la exageración se presenta cuando un hecho es sobredimensionado con el fin de acentuar determinados aspectos. Esto implica entonces una desfiguración del acontecimiento. En periodismo ésta se identifica muchas veces como la “espectacularización de la noticia”.

La orquestación se trata de la repetición de un tema bajo diferentes aspectos, hasta lograr imponerlo en la “opinión pública” ya que el fin es que el destinatario hable sobre él, lo discuta y tome posición frente al mismo.

La transfusión tiene que ver con la regla que establece que toda propaganda opera sobre una base preexistente que la sustenta. Es decir, se trata de reforzar ideas, miedos, prejuicios, un orden establecido, más que estimular un cambio.

Finalmente, la regla llamada unanimidad y contagio hace referencia a la tendencia de la propaganda a expresar la opinión de un grupo como unánime a toda la sociedad civil. Un buen medio para lograr esto es contar con la adhesión de intelectuales prestigiosos o personalidades públicas que garanticen de por sí la posibilidad de contagiar opiniones.

Dada esta explicación podemos afirmar que existe una estrecha relación entre el periodismo y la propaganda, por tanto es necesario concebir al primero como una forma especial de propaganda objetiva para comprender el concepto de intencionalidad editorial y su influencia en el terreno del debate y de la lucha por el poder.

Los mecanismos de propaganda del periodismo, institución superestructural, serán claves para naturalizar ciertos valores y concepciones de clase y para poner en marcha el consenso que determinará el grado de dominio del bloque hegemónico.

Para seguir con la dicotomía objetividad/subjetividad afirmamos, en términos de
Ducrot, que el discurso periodístico es objetivo ya que se basa en hechos susceptibles de ser confirmados y constatados a través de fuentes directas o indirectas. Asimismo, el periodismo es necesariamente parcial como toda actividad humana entendida como la asunción de una posición propia del periodista y/o del medio ante la complejidad de los hechos sobre los que trabaja la práctica periodística.

En síntesis, el objetivo final de la IE y por ende su utilidad, es desentrañar cuál es la parcialidad de grupo/sector/clase convertida en valor universal o natural a través del sentido común construido en las noticias sobre un determinado tema. Asimismo cuáles son los mecanismos que se utilizan para enmascarar esa parcialidad. Para llegar a esto, el modelo metodológico plantea un análisis cuantitativo y cualitativo de la información relevada bajo el método de un observatorio de medios.

En este sentido, Los Observatorios de Medios reconocen el derecho de todo medio y de todo/a periodista a manifestar su posicionamiento editorial pero condenan que ese posicionamiento se lleve a cabo en forma encubierta, procurando esconderse detrás del falsamente denominado "periodismo independiente", por considerar que tal manipulación es violatoria del derecho que todos/as los/as integrantes de una sociedad tienen a informar y a estar informados/as.

Respecto de esta investigación en particular, constatamos que los medios pertenecientes o portavoces del corporativismo hegemónico han dejado de ser medios en el sentido técnico de la palabra, para convertirse en actores y sujetos propios, con una especialidad: producir y reproducir sentidos comunes favorables a ese corporativismo y a sus propios intereses empresarios.

Luego de relevar y analizar el período 27 de agosto/11 de octubre, podemos decir que los dos medios observados, diario Los Andes y Uno, actúan como sujetos activos en la oposición y deslegitimación del proyecto luego devenido en Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual.

Se trata de un ejemplo más de la conducta de los medios que responden a los intereses hegemónicos.

Esta posición no es azarosa sino que obedece a la economía política los medios, y a la ideología que -a partir de defender sus intereses hegemónicos- estos diarios conservan.

Encuadrados en este punto es preciso remarcar que Diario UNO de Mendoza, pertenece al Grupo Uno Vila- Manzano. Salió por primera vez a la calle, el 27 de junio de 1993 bajo el slogan “nuevo diario para una Mendoza nueva”. Según la página Web institucional del diario se invirtieron en el mismo 7 millones de dólares. La cabeza visible del medio es Daniel Vila, hijo del empresario de la construcción Alfredo Vila Santander.

Diario UNO representa además, a la Cámara Empresaria Mendocina (CEM) ligada ésta a ex funcionarios del ex Banco de Mendoza. En materia ideológica sigue los lineamientos de un ultra neoliberalismo económico y político, basado en la preponderancia de las inversiones extranjeras y de sectores económicos agro- exportadores que concentran la mayor parte de la torta de capital monetario de nuestra provincia y del país.

Es importante resaltar, que al momento del nacimiento de Diario UNO, quien detentaba el máximo poder en nuestro país era Carlos Saúl Menem; por lo que el escenario era favorable para desplegar ciertas acciones en pos del desarrollo de los intereses societales y personales de éste grupo económico y político.

El Grupo nació con la compra de una radio en 1983 y en apenas una década se transformó en uno de los principales propietarios de canales de cable y radios del interior del país, con presencia en varios países de América Latina.

En 1994 fundaron un sistema de TV por cable Supercanal. Este sistema fue la matriz de lo que luego se convertiría en Supercanal Holding, que llegó a ocupar el tercer lugar entre los canales de cable del país.

Tras la crisis de 2001, entran en el directorio de América TV (uno de sus dueños es Francisco De Narváez), Daniel Vila y el ex ministro del interior José Luís Manzano, dueños del Grupo Uno con fuerte presencia en el interior del país a través del Diario Uno de Mendoza; la compañía de cable Supercanal; la transmisora de televisión digital Televisión Directa al Hogar y el Multimedios la Capital, con más de 20 medios de comunicación en Santa Fe y Entre Ríos. En un intercambio empresarial, y a consecuencia de su ingreso al canal, la sociedad Vila-Manzano se quedó con la revista El Gráfico y la radio AM La Red, que hasta ese momento manejaba Ávila a través de Torneos y Competencias.

Por su parte, LOS ANDES fue el primer diario de Mendoza. Fundado por Adolfo Calle en 1882, se constituyó en un medio conservador, familiar y representante de la clase “intelectual” de la provincia, difundiendo la ideología del sector que detentaba el poder político y económico. Este medio, que a lo largo de su extensa historia apoyó la lógica hitleriana para luego distanciarse de ella, y supo –junto con muchos otros medios nacionales- generar el clima apropiado para el consecuente golpe militar de 1976, pasó en la década del ’90 a conformar parte del principal multimedia del país.

A partir de 1997, y respondiendo a las políticas económicas impulsadas durante la presidencia de Carlos Menem, (monopolización y concentración) LOS ANDES pasa a ser controlado por CIMECO (Compañía Inversora de Medios de Comunicación), formada en ese momento por La Nación y el Grupo Clarín. Sin embargo, el 4 de abril de 2008, Clarín se convirtió en el dueño de CIMECO, al adquirir el 80 por ciento de las acciones de la Compañía. Para ello, compró la totalidad de las acciones de SA La Nación en CIMECO por aproximadamente 62 millones de dólares. De esta forma, el Grupo Clarín sumó el 80% de las acciones, mientras el otro 20% continúa en manos de los accionistas de LOS ANDES y del diario La Voz del Interior, de Córdoba. Esto puede explicar muchos de los comportamientos y posicionamientos de LOS ANDES a partir de ese año.

Ya en manos de Clarín, LOS ANDES supo reproducir la línea editorial de su multimedia, quien mantuvo una posición complaciente con el gobierno nacional durante la gestión de Néstor Kirchner, siendo el grupo mediático que más publicidad oficial recibió en todo el país. Sin embargo, el conflicto con las patronales agrarias que comienza en marzo de 2008, durante la presidencia de Cristina Fernández, provocó un giro en el posicionamiento editorial de Clarín con la Casa Rosada. Tras éste, la relación –Gobierno y Clarín- se convirtió en un enfrentamiento público debido a la cobertura funcional al “campo” realizada por el multimedia.

Adentrándonos ya de lleno en la temática del tratamiento que tuvo la Ley de Servicios de comunicación Audiovisual en los diarios de mayor tirada de Mendoza, podemos decir que construyeron un sentido de oposición y deslegitimación a partir de diversos mecanismos. Por una parte, la construcción de sentido se apoya en distintos conceptos o ideas-fuerza, con las cuales el medio busca justificar su posición y obtener consenso.

De esta manera, la mayoría de las piezas publicadas por LOS ANDES y UNO, se apoyan en un concepto dicotómico generado por los principales multimedia, al sentir afectados sus intereses económicos ante la posibilidad de concretarse esta iniciativa. Esta construcción dicotómica -Gobierno Nacional vs. Medios de Comunicación- dota a cada uno de los bandos de determinadas cualidades. En el caso del Poder Ejecutivo, adquiere las siguientes descripciones: autoritario, tirano, censurador, controlador. En contraposición, los medios de comunicación son exhibidos como sinónimo de libertad de expresión, independencia, verdad, democracia. Esto se presenta con duras y reiteradas adjetivaciones hacia el Gobierno Nacional y el proyecto, que se exhibe como fruto de su absoluta imposición. Entre ellas: “Ley de medios K”, “Proyecto K”, “Proyecto oficialista”; “controlar los medios”, “desaparezca la prensa libre”, “intimidar o afectar la tarea periodística”, “busca restringir la libertad de expresión y de prensa”, “monopolio estatal”.

También, enmarcado en esta supuesta guerra del gobierno contra los medios, LOS ANDES reproduce el discurso generado por el multimedia al que pertenece. De esta manera, Clarín aparece en numerosas piezas como víctima de la furia presidencial, tanto en los operativos de la AFIP como con los supuestos dichos del secretario de Comercio Interior, en la empresa Papel Prensa. Sorprendentemente, UNO, medio perteneciente al grupo mediático que compite con Clarín, construye igual sentido respecto de la situación.

Por otra parte, un alto porcentaje de las notas que exponen una tendencia opositora, se elaboran a partir de otro concepto con el cual el medio justifica su postura y busca obtener consenso. Dado que alentar la conservación de la normativa vigente desde la dictadura militar no es una opción viable para un medio que se jacta de democrático, LOS ANDES y UNO se oponen al proyecto desde el concepto de ilegitimidad del Congreso. Así, acentúan en innumerables piezas que el Congreso actual no responde a la representatividad elegida por el pueblo en la última elección parlamentaria, (28 de junio) y corresponde esperar a la renovación del 10 de diciembre para tratar este importante proyecto. Esta Idea-Fuerza surge con las primeras piezas que los diarios publican sobre el tema.

La ubicación de las piezas también constituye un asunto importante en la construcción de sentido opositor y deslegitimante. Esto se evidencia cuando las escasas dos piezas -que entre un total de 225- LOS ANDES presenta a favor del proyecto devenido en ley, se publican de modo secundario. Dato por demás relevante si se tiene en cuenta que, durante los días centrales del tratamiento de la ley, este diario le dedicó una página entera al tema (en general, entre las páginas 3 y 5). UNO por su parte, de los 35 titulares que publicó durante el período establecido respecto de la ley, el 100% construyó un sentido opositor mientras que 22 tuvieron una ubicación destacada en las portadas. En páginas interiores, de 184 piezas publicadas sobre la temática, 178 construyeron un sentido opositor a la ley, la mayoría con un posicionamiento destacado.

También es necesario detenerse a comentar que el 59,55% de las piezas del tema en LOS ANDES no exhibe autor. Este porcentaje responde en su mayoría a notas presentadas en la sección Política. En cuanto al porcentaje de piezas con autor (40,45%), la sección Opinión apelará a sus columnistas más reconocidos y de mayor peso: Carlos Salvador La Rosa, Joaquín Morales Solá, José Luis Toso y Mario Fiore, para construir su sentido opositor. Otro punto a señalar es que, en reiteradas ocasiones, LOS ANDES reproduce textualmente el discurso del multimedia al cual pertenece. De hay que muchas de las piezas sobre el tema consignan al final, a modo de firma, CC –Clarín Contenidos-, y/o Agencia DyN –perteneciente al Grupo Clarín. El Diario UNO, mayoritariamente, es autor de las piezas publicadas del género información y opinión. Asimismo, publica notas de opinión de periodistas de La Nación, CNN, etc.

Las imágenes que acompañan e ilustran las piezas también constituyen un valioso recurso de construcción de sentido. Así, la mayor parte de las fotografías publicadas retratan a los máximos referentes opositores a la mencionada ley. En el caso de Los Andes, otorga el mayor peso a las caricaturas expuestas en la sección Opinión. El arte gráfico del ilustrador Gabriel Fernández desarrolla elementos peyorativos hacia las principales figuras de oficialismo con la clara intención de atribuirles aspectos autoritarios, irascibles, censuradores, amordazadores e irracionales. Además, a través de estos recursos, tiende a enaltecer y a victimizar a las figuras opositoras al proyecto devenido en ley. Los dos medios, utilizan el recurso de las imágenes para profundizar y reforzar el sentido común construido de oposición y deslegitimación.

No obstante, el recurso que más utilizan LOS ANDES y UNO en la construcción de sentido opositor y deslegitimante del proyecto ley es la selección, omisión o carencia de fuentes. En primer lugar, la mayoría de las notas refiere a fuentes que se oponen de modo directo a la ley o, indirectamente -tal como ya se ha manifestado- al tratamiento de la misma antes del recambio legislativo del 10 de diciembre. Las mismas se pueden clasificar en tres grandes grupos íntimamente relacionados: el sector empresarial vinculado principalmente con el negocio mediático; Partidos políticos que históricamente han respondido a intereses corporativos; y los Sectores religiosos más reaccionarios. En segundo lugar, las voces que se citan a favor de la ley ocupan, dentro de la diagramación de cada pieza, un espacio mucho menor que las correspondientes a voces disidentes, y se confrontan fuertemente con las mismas. Hay que sumar a ello que, las fuentes a favor de la ley obedecen siempre a funcionarios o partidarios oficialistas, reforzando la idea de “proyecto oficial”. Se elude consignar, de esta manera, la opinión de múltiples sectores de la sociedad argentina que han participado en este proyecto, como así también la posición de sectores reconocidos internacionalmente que han avalado y destacado sus aspectos positivos. Cabe destacar respecto de diario UNO, que la fuente más utilizada para la construcción de las piezas es Daniel Vila, dueño del Multimedia Uno.

El intencionado empleo de las fuentes se ve reforzado en ambos medios con la utilización de ciertas reglas de la propaganda. Se apela fuertemente a la regla de orquestación, reiterando continuamente los conceptos claves construidos por los multimedia (ilegitimidad del Congreso, ley mordaza, ley para controlar la prensa, etc.) para lograr imponerlo en la opinión pública.

También LOS ANDES y UNO utilizan la regla de transfusión, la cual consiste en generar miedos e inseguridad en la sociedad, ante circunstancias que conlleven cambios. Esta regla es utilizada constantemente en la construcción de un tercer concepto o idea-fuerza: el tratamiento de este proyecto ley, tras el conflicto del campo, generará entre los ciudadanos confrontación/desintegración/división.

Por otra parte, estos medios hacen uso de la regla de exageración y desfiguración. La misma, tal como señala su nombre, sobredimensiona detalles irrelevantes o distorsiona hechos y datos para generar actitudes de desaprobación del proyecto en la sociedad. Asimismo, se halla la regla de unanimidad y contagio, que consigna como voces autorizadas a profesionales y personajes reconocidos que responden a la posición del medio, para generar mayor aval en dicha postura. Finalmente, la regla que mayor protagonismo adquiere a lo largo de todo el tratamiento de esta ley es la regla de simplificación, la cual consiste en reducir a un grupo de ideas básicas un tema que requiere de una contextualización profunda y abarcadora, para alcanzar una real comprensión del mismo. En este caso, LOS ANDES y UNO nunca explican apropiadamente cómo se generó este proyecto, el tiempo desde el cual viene debatiéndose en foros públicos, cómo nació la Coalición para una Radiodifusión Democrática, qué contemplaron los 21 puntos que redactó esta Coalición, cómo se tradujeron o no en la iniciativa que presentó el Ejecutivo al Congreso, en qué consiste este proyecto, y muchos aspectos más de suma relevancia en la elaboración de una opinión independiente y libre, por parte de cada uno de los lectores. Por el contrario, estos diarios exponen durante todo este periodo, que la ley es una iniciativa que buscan imponer los Kirchner.

En síntesis, los mecanismos desplegados en la construcción de las noticias, respecto de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual, en LOS ANDES y UNO, enmascaran los intereses económicos, políticos e ideológicos particulares de estas corporaciones mediáticas mostrándolos como universales y/o naturales. Construyen un sentido común con el fin de mantener su hegemonía y el status quo. Asocian el proyecto promovido y construido por los/as ciudadanos/as a través de las organizaciones de la sociedad civil, al gobierno nacional, al cual, a su vez, desprestigian y descalifican con el fin de desprestigiar y descalificar al proyecto devenido en ley. Defienden, a través del sentido que construyen, sus intereses empresariales y económicos, ocultándolo mediante mecanismos que manipulan y contienen la deriva del sentido.

Para obtener más información y los informes completos, contactar con proyectoobservatorio.blogspot.com y proyecto.observatorio@yahoo.com.ar

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