El Observatorio de Medios analizó la agenda periodística de El Diario, noticiero central del canal controlado por el Grupo Hadad, entre el 10 y el 14 de noviembre pasados. Uno de los temas relevantes fue el de la delincuencia juvenil, donde el medio actuó como animador privilegiado de un posicionamiento editorial atentatorio contra la protección de la minoridad.
Eduardo Feinmann: Esta mañana escuchaba al capitán que lo detuvo… y él contaba que, bueno, que el chico, que no es lo mismo atrapar a un menor que atrapar a un mayor. Estamos hablando de un menor peligrosísimo –el conductor siempre sube el tono de voz cuando hace referencia a la peligrosidad de los menores delincuentes-, peligrosísimo, a quien no le tembló el pulso para matar a Barrenechea. No le tembló el pulso. Contaba el capitán que el chico lloraba a mares, el asesino a mares lloraba… Claro, son de estas personas, de estos personajes nefastos que se acuerdan de llorar como nenas en ese momento, cuando son atrapados, pero cuando tienen a una familia entera, y cuando tienen que apretar el gatillo, se ríen. ¡Se te ríen en la cara! Y sino hablen con las víctimas, a ver lo que pasaron.
Pablo Kablan: Es algo que se ve en muchos casos, cuentan los investigadores, cuando hay menores de por medio. Cuando actúan en bandas… en grupos, drogados o no, con armas de fuego. Son muy violentos, muy, muy, peligrosos. Pero lo que pasa, cuando están solos y sin armas, allí ya son débiles. No tienen el poder que les otorga el arma, por eso es que lloran…
Feinmann: Pero a mí esas lágrimas de cocodrilo no me conmueven, las lágrimas de este asesino no me conmueven de ninguna manera. ¡Llorá todo lo que quieras, maricón! –lo dice mirando a la cámara, como si hablara directamente con el joven.
Esas expresiones del conductor y de uno de los periodistas del espacio investigado en esta Observación hablan por sí solas.
El espacio televisivo relevado por este Observatorio viola las normas básicas del periodismo profesional –fuentes contrastadas y diferenciación entre opinión e información/noticia, entre otras- con el deliberado objetivo de comportarse como animador privilegiado de un posicionamiento editorial atentatorio contra principios jurídicos consagrados en tratados internacionales y en la doctrina de última generación sobre protección a la minoridad.
C5N opta así por una campaña criminalizadora de la niñez y la juventud, epifenómeno que se inscribe en ciertos avances del Estado en matrices represivas y violatorias del más elemental principio de Derechos Humanos.
Como se señaló en otros informes, este Observatorio no cuestiona el derecho que tiene todo medio y todo periodista de asumir su propio posicionamiento editorial respecto de cualquier ítem de los acontecimientos que conforman la masa crítica noticiable. Sí cuestiona en cambio, y denuncia por ser lesiva para el derecho de todas y todos a informa y a estar informados, que ese posicionamiento se encubra tras las apariencias de “noticia” o “información” objetiva.
Durante el período observado, el noticiero central del canal C5N privilegió en su agenda las informaciones relacionadas con la inseguridad, especialmente aquellas que tuvieran que ver con menores en conflicto con la ley, un tema que los medios de comunicación y el poder político reinstalaron a partir del asesinato del ingeniero Ricardo Barrenechea.
La intencionalidad editorial de este medio del grupo de Daniel Haddad con respecto a la inseguridad y la delincuencia juvenil se basó en un discurso de sentido común reaccionario, promotor de la mano dura y criminalizador de la niñez en contextos sociales de pobreza, sin indagar sobre las causas del fenómeno ni considerar otras soluciones más que las represivas.
En este sentido, la propuesta del gobernador bonaerense, Daniel Scioli, de bajar la edad de imputabilidad hasta los 14 años fue defendida por el medio de manera excluyente.
En función de la instalación de dicho sentido común, característico de todos los medios controlados por Hadad, el noticiero de C5N incurrió en prácticas violatorias de los estándares mínimos de calidad y responsabilidad periodística.
Se mostró sólo un aspecto de la de la cuestión, el de las víctimas, exagerando y demonizando en muchos casos el papel del victimario con adjetivaciones e, incluso, mentiras que buscaron exacerbar y alentar odios latentes o manifiestos en un sector de la sociedad en torno a casos concretos que fueron presentados en forma generalizada.
Sistemáticamente, se ocultó y obvió la voz de los menores, tanto desde ellos mismos como sujetos, como desde otros actores que representaran sus intereses o defensa, ya sean abogados, organizaciones sociales y de derechos humanos, especialistas en minoridad, u organismos estatales.
Cuando se incluyó a alguno de estos actores, como fue el caso de los padres de dos de los acusados de participar en el crimen de Barrenechea, el noticiero editó sus testimonios para que aparecieran sólo los aspectos negativos de los menores, así como se recurrió a la gramática del videograph para tergiversar sus propias palabras.
Otros actores, como la ex secretaria de Niñez y Adolescencia de la provincia de Buenos Aires, Martha Arriola, que adoptó una postura crítica a la propuesta de Scioli y puso en evidencia la crisis del sistema de minoridad bonaerense por falta de recursos, fue deslegitimada a partir de una selección de declaraciones hechas a otros medios, sin consultar su postura de manera directa.
Tampoco se tuvieron en cuenta hechos importantes que trascendieron públicamente durante el período de observación, como la anulación de la declaración de uno de los menores involucrados en el caso Barrenechea al detectarse que su confesión había sido obtenida mediante coacción y tortura.
De la misma forma, se pasaron por alto las sospechas sobre la fuga de uno de los adolescentes de ese mismo caso, que indicaban que el hecho habría sido operado en medio de la crisis del gabinete bonaerense por el tema de minoridad.
Nada se dijo tampoco en C5N sobre las marchas organizadas contra la mano dura y la criminalización de la infancia, que tuvieron lugar en Capital Federal y
Similar comportamiento se relevó en otros temas relevantes abordados por el noticiero, como el fallo de
Asimismo, se observó un tratamiento sumamente adverso hacia los docentes porteños en conflicto con el Gobierno de la ciudad de Buenos Aires, ocultando las dimensiones del reclamo gremial y educativo, y descalificando a los actores de la protesta, a quienes se consideró “sindicalistas violentos”, cuando, en realidad, todas sus manifestaciones se desarrollaron pacíficamente.
De esta forma, el noticiero conducido por Eduardo Feinmann ofreció a sus receptores una marcada falta de responsabilidad y calidad periodística en la cobertura de sus informaciones de agenda.
Solicitar el informe completo por correo a: elobservatoriodemedios@gmail.com
Próximamente disponible en PECyP
1 comentario:
Como siempre, muy bueno. Leo habitualmente APM y muy bueno también. Esto lo tendría que leer todo el mundo, por mi parte, lo estoy difundiendo. Saludos y sigan así.
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