miércoles, 29 de octubre de 2008

Crisis en Bolivia: La cobertura antidemocrática de los medios hegemónicos americanos

Una investigación realizada por estudiantes de la Facultad de Periodismo de la UNLP, que cuenta con el aval del Observatorio de Medios de Argentina, determinó que la mayoría de los medios analizados se posicionaron en contra del gobierno constitucional de Evo Morales durante el conflicto político en Bolivia.

El trabajo observó la cobertura y posicionamiento editorial de los diarios Clarín (Argentina), El Deber (Bolivia), El Mercurio (Chile), La Jornada (México) y Nuevo Herald (Estados Unidos) frente a la crisis política boliviana entre los días 16 y 28 de septiembre de 2008

A excepción del periódico La Jornada, “los medios analizados adoptaron un posicionamiento decididamente en contra del gobierno constitucional de Evo Morales, y aprovecharon la cobertura para desacreditar a otros gobiernos democráticos de Sudamérica, como el del presidente Hugo Chávez, de Venezuela, y al complejo proceso de integración regional”, destaca el Observatorio en sus conclusiones.

Según agrega el trabajo, esos posicionamientos editoriales se construyeron con herramientas y gramáticas periodísticas violatorias de los estándares mínimos de calidad profesional, como selección unilateral de fuentes, silenciamiento de actores, conversión de opiniones en datos noticiables, entre otras.

Todas estos procedimientos –alerta el informe- “son contrarios al ejercicio pleno de la libertad de prensa, considerando que la misma es una garantía democrática para el conjunto de la sociedad y no sólo para las empresas y los profesionales de los medios”.

La investigación, que cuenta con el respaldo y aval del Observatorio de Medios de Argentina, fue desarrollada por estudiantes del Seminario de Grado Intencionalidad Editorial-Observatorio de Medios, durante el ciclo lectivo correspondiente al segundo semestre de 2008. Este seminario se dicta en la Facultad de Periodismo y Comunicación Social de la Universidad Nacional de La Plata (Argentina) y está a cargo del profesor Víctor Ego Ducrot, quien además es director del Observatorio de Medios de Argentina.

Solicitar el informe completo por correo a: elobservatoriodemedios@gmail.com
Disponible en PECyP

jueves, 16 de octubre de 2008

La agenda parcial de Telenoche


El Observatorio de Medios de Argentina culminó una nueva investigación, realizada entre el 06 y el 10 de octubre últimos, sobre la agenda periodística de uno de los noticieros más influyentes del país. A continuación ofrecemos las principales conclusiones del informe.


En este trabajo del Observatorio de Medios de Argentina el objeto de análisis (el noticiero Telenoche) fue nuevamente un medio audiovisual del Grupo Clarín, tal como se hiciera en su oportunidad con el canal televisivo Todo Noticias (TN), al observar durante una semana (28-07-2008 al 01-08-2008) las coberturas realizadas sobre la agenda política nacional y especialmente sobre el desenvolvimiento de Cristina Fernández de Kirchner.

El abordaje del espacio periodístico central y de mayor audiencia de Canal 13, Telenoche, permitió llegar a conclusiones más acabadas sobre cuestiones de agenda y tratamiento informativo por parte del grupo multimedia más poderoso del país.


Los datos cuantitativos y cualitativos relevados conforme a la muestra y período de observación establecidos en el proyecto de este nuevo observatorio, indicaron, en primer lugar, una marcada tendencia a la uniformización de contenidos, fuentes y posicionamientos editoriales, como así también a la utilización de técnicas, herramientas y gramáticas de construcción noticiosa que atentan contra el derecho individual y colectivo que requiere todo sistema que se considere democrático: a contar con información amplia, plural y de voces suficientes.

Este Observatorio arribó a esas conclusiones porque:

1.- En su cobertura predominante –la crisis financiera global- incurrió a un marcado recorte de fuentes, siendo en muchos casos las meras opiniones de su personal periodístico, dato éste que cobra relevancia, toda vez que Telenoche se presenta como noticiero y no como espacio de opinión.

2.- Haciendo uso de esos recursos tendió en forma sistemática a crear climas de “terror”, sin darle espacio a voces que proponen cierta desdramatización de los acontecimientos, y a descalificar o poner en duda todos los discursos gubernamentales en ese sentido.

3.- Al ocuparse de su segundo tema de agenda en importancia, seguridad, enderezó su cobertura a promover políticas de endurecimiento penal, sin que esa toma de posición aparezca confrontada por voces de signo opuesto.

4.- Llamó la atención la unilateralidad de las fuentes y la ausencia de actores y sujetos contradictores.

Como lo ha señalado en otras oportunidades, el Observatorio de Medios de Argentina reconoce que la toma de posición ante los acontecimientos es un elemento constitutivo de todo proceso periodístico, que permite el legítimo ejercicio de la libertad de prensa a medios y profesionales.

Sin embargo, advierte que, conforme a la Constitución Nacional, ese derecho no es privativo de empresas titulares de medios de comunicación sino que pertenece a la órbita de derechos y garantías que aquella reconoce a todo quien habita el territorio nacional.

En ese sentido, el Observatorio de Medios de Argentina considera que la plena vigencia del orden constitucional exige que se de cumplimiento efectivo al derecho que tienen TODAS Y TODOS de informar y estar informados, con equilibrio editorial; y que realizaciones periodísticas como las constatadas en Telenoche no tienden a ello, sino a monopolizar los flujos informativos desde una parcialidad determinada, con pretensiones de validez universal, y a construir realidades, mas que a informar y analizar acontecimientos.


Solicitar el informe completo por correo a: elobservatoriodemedios@gmail.com

También disponible en PECyP

lunes, 13 de octubre de 2008

Medios, democracia y...¿presos políticos?


La grave situación humanitaria en que se encuentran seis ciudadanos paraguayos presos y nuestra prensa.


El Observatorio de Medios de Argentina ve con preocupación y alerta sobre la falta de atención prestada por la mayor parte de la prensa local a la grave situación en viven seis campesinos paraguayos en el penal de Marcos Paz (presos políticos desde hace más de dos años y en huelga de hambre desde hace 60 días), a quienes el el gobierno argentino niega condición de refugiados políticos.

Salvo una reducida cantidad de medios electrónicos -la Agencia de Comunicación Rodolfo Walsh y la Agencia Periodística del MERCOSUR (APM), entre otros-, son contados los casos de prensa impresa de circulación nacional que hayan tratado el tema. Podemos sí destacar la cobertura del semanario Veintitrés (ver Resistencia Guaranía; pag. 34; edición del 09-10-08) y una breve nota publicada la semana pasada por el diario Página 12.

Por su parte, los medios audiovisuales tocan el tema cada vez que se realizan marchas y cortes para destacar "los trastornos en el tránsito" y "los perjuicios" causados a los comerciantes por las protestas. Pero ocultan sistemáticamente la cuestión de fondo y los reclamos puntuales de las manifestaciones.

¿Por qué un caso de tamaña violación a los Derechos Humanos - en el que el Gobierno Nacional tiene una grave responsabiliad, al no conceder la solicuitud de asilo político que en su oportunidad efectuaron los seis ciudadnos paraguayos- no es abordada por los medios de comunicación, como lo exige el desempeño de los mismos en un marco democrático?

Puede consultarse información sobre el tema en el artículo ¿Democracia con presos políticos? Peligra la vida de seis campesinos paraguayos, publicado en http://www.prensamercosur.com.ar/

viernes, 3 de octubre de 2008

Todos deben saber

Después de una puesta en escena en la que la iniciativa sobre la ley de servicios de comunicación o ley de radiodifusión ganó las primeras planas del debate público, el tema parece haber entrado ahora en un remanso. Conocer de qué se trata y qué se está discutiendo es central.

Por Víctor Ego Ducrot *
Ni una nueva Ley de Radiodifusión ni mucho menos un nuevo orden democratizador integral de la comunicación podrán concretarse si todo queda en manos de especialistas y funcionarios. Los hechos y los dichos parecen indicar que es el Comfer el órgano de gobierno más dispuesto a impulsar la reforma o la sustitución de la actual Ley de Radiodifusión, herencia de la dictadura a la que todos los gobiernos constitucionales recurrieron, por conveniencias propias y ajenas, imposibilidades o temores.

Sin embargo, es evidente que la decisión y las energías empleadas en ese sentido por la presidenta Cristina Fernández de Kirchner durante los momentos más álgidos del conflicto con las patronales del agro –abiertamente sostenidas por el complejo corporativo mediático– han menguado e ingresado en una etapa de sigilo y negociaciones, algunas de las cuales no pueden ser disimuladas.

No es menos evidente que ésta o cualquier administración que aborde con seriedad un programa de democratización mediática deberá confrontar con fuerzas tan o más poderosas que las nucleadas en torno del cartel de la soja, comandado por la FAA, la Sociedad Rural Argentina y organizaciones afines.

Conviene recordar que los principales grupos mediáticos –con Clarín a la cabeza– se foguearon en sus artes de “negociación” en tiempos de autoritarismo y dictaduras, y que, con el correr de los años globalizadores, supieron tejer sin cansancio ni desmayos una compleja trama de intereses corporativos con los sectores más concentrados de la economía local, gimnasia esa que les permitió obtener una efectiva patente de corso a la hora de influir sobre los más diversos ámbitos públicos y privados.

Con una experiencia de más de tres años en investigaciones sobre escenarios locales y latinoamericanos, el Observatorio de Medios de Argentina, unidad docente y de investigación de la Facultad de Periodismo y Comunicación Social de la UNLP, pudo constatar que los comportamientos de los oligopolios mediáticos responden a una misma matriz, desde México hasta Tierra del Fuego.

Se basan en el bombardeo simbólico contra toda política pública que comprometa sus intereses corporativos, asociados con los actores más concentrados del sistema financiero, económico y comercial. Para ello, actúan como verdaderos productores y reproductores se sentidos de clase o grupo convertidos en valores universales.

Los informes que oportunamente produjera el Observatorio sobre las coberturas de algunos de los principales medios gráficos al conflicto entre el Estado nacional y el cartel de la soja, sobre el tratamiento que esos mismos diarios le dieron al tema Ley de Radiodifusión y sobre la gramática de construcción noticiosa e informativa utilizada por el canal Todo Noticias (TN), todos confirmaron la tendencia referida en el párrafo anterior.

Sin embargo, y para no abundar en temas que ya fueron abordados desde las páginas de esta sección, es probable que sea conveniente detenerse en un punto de particular significado y que, en sí mismo, contiene un principio fundamental: si entendemos que la comunicación es un servicio público es dable destacar que el actor principal –el factor fundamental– del complejo y dialéctico proceso comunicacional es el sujeto colectivo integrado por todas y todos los ciudadanos-individuos que conforman la sociedad, los destinatarios primeros y últimos del derecho a estar informados e informar.

En ese sentido, puede resultar ilegítimo e inconveniente por ineficaz, desde el punto de vista de la construcción de ciudadanía plenamente democrática, considerar que la discusión sobre la necesidad de modificar el marco jurídico de la radiodifusión en nuestro país se agota con el debate entre la llamada comunidad de la comunicación, por amplio que éste sea. Ese debate debe ampliar sus márgenes hacia escuelas, colegios, universidades, organizaciones sociales y de consumidores, centros vecinales y sindicatos, entre otras instancias.
El de la comunicación social no es un tema que sólo involucra a comunicadores, académicos, políticos y funcionarios. Toda la diversidad que encierra nuestra sociedad tiene algo que decir al respecto y para ello debe saber de qué se trata.

Por último, otro punto que puede se crucial. Aun en medio de la incertidumbre sobre cuál será finalmente el contenido de la nueva Ley de Radiodifusión, el gobierno nacional parece encaminado a decidir acerca del sistema de televisión digital.

Quedamos así ubicados ante un escenario en el que miles de millones de dólares están en juego, precisamente entre los actores corporativos más concentrados de nuestro país, entre ellos los grupos mediáticos y las telefónicas, por sólo citar algunos.

No vaya a ser que la probable nueva ley quede sólo en una formalidad o vaciada de contenido ante el vértigo de las innovaciones tecnológicas, administradas una vez más en favor de los intereses empresarios. Por todo lo expresado hasta aquí sería bueno que el pueblo supiese de qué se trata.

* Director del Observatorio de Medios de Argentina.

Artículo publicado en la edición del 01 de octubre del diario Página/12