martes, 26 de mayo de 2009

¿Por qué y cómo los medios dicen lo que dicen?



Seminario Virtual de Postgrado (Teórico-Práctico)


Observatorios, identificación y construcción de líneas editoriales

Facultad de Periodismo y Comunicación Social de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP)

Asociación de Universidades Latinoamericanas (AULA)

Campus Virtual Latinoamericano (CAVILA)


Objetivos:

Dotar al estudiante de un marco teórico adecuado y propio de la práctica y reflexión periodística, para la identificación de líneas editoriales y la comprensión de cómo y por qué estas son de aplicación en todos los medios de comunicación. Se trata de un modelo de análisis y reflexión crítica desarrollado en la Facultad de Periodismo y Comunicación Social de la UNLP.

Duración:
4 semanas

Fecha de inicio:
15 de junio de 2009

Modalidad:
VIRTUAL

Docente a cargo: Porf. Víctor Ego Ducrot

Docente adjunto: Lic. Fernando López

Coordinador: Lic. Germán Gonaldi

Contenidos:
· Introducción al modelo teórico Intencionalidad Editorial
· El Observatorio como herramienta de análisis

Fecha de inicio: 15 de junio de 2009.-

Informes e inscripción: posgrado@perio.unlp.edu.ar

martes, 19 de mayo de 2009

Clarín y su diccionario tan especial


Los medios y las “realidades” mediáticas. Un peculiar uso de la palabra conmoción. El patrón de patrones de la corporación periodística local, no se priva de nada a la hora de generar terror…y desinformación.

Por Víctor Ego Ducrot


A las 9 y 36 minutos de la mañana del martes 19 de mayo de 2009, la página electrónica del diario Clarín, de Buenos Aires, difundía la siguiente información: Conmoción en la Ciudad y el GBA por tres violentos casos de inseguridad. Ocurrieron ayer, con diferencia de horas. En Mataderos, un hombre de 70 años fue asesinado al resistirse al robo de su auto. Y dos ladrones murieron en tiroteos con la Policía, que intentaba impedir dos asaltos, uno en Ingeniero Maschwitz y otro en Parque Chas.

No trata este artículo sobre la evolución de la curva del delito en un conglomerado urbano como el de Buenos Aires – la ciudad y su área metropolitana o Gran Buenos Aires, unos 12 millones de habitantes según el censo de 2001- ni mucho menos negar la gravedad de los tres hechos consignados por el matutino porteño.

La propuesta consiste en reflexionar sobre los mecanismos, sobre las herramientas que utilizan los medios periodísticos pertenecientes al oligopolio de la corporación mediática, para crear sus propias “realidades”.

El modelo teórico y metodológico Intencionalidad Editorial, desarrollado en la Facultad de Periodismo y Comunicación Social (FPyCS) de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP) y recogido en sus primeras aproximaciones por un libro de próxima aparición (El sigilo y la nocturnidad de las prácticas periodísticas hegemónicas, compilado y prologado por quien esto escribe ) plantea (entre muchos otros conceptos) y reconoce como legítimo y perteneciente a la naturaleza misma del periodismo que sus discursos se inscriben dentro del campo de la puja por el poder, y que el fin último de los mismos es la construcción de sentidos hegemónicos.

Por consiguiente, considera que no existe el discurso periodístico imparcial (en el marco del desarrollo teórico se habla de procesos, no de discursos) y que las parcialidades se construyen básicamente desde tres campos: la selección de agenda (temas a tratar), el recorte de fuentes (voces con las cuales se traza la noticia, la información) y las herramientas de gramáticas periodistas (las que ofrecen una amplia gama de posibilidades, en consideración de géneros y diversidad de soportes –gráficos tradicionales, audiovisuales y digitales-).

Dentro de esos parámetros funcionan el diario Clarín y todos los medios periodísticos, de cualquier posicionamiento editorial. Y ello es así porque no hay discurso periodístico que pueda plasmarse de otra forma. Lo que nuestro modelo teórico y metodológico cuestiona no es la construcción y difusión de parcialidades sino que las mismas aparezcan encubiertas por los velos de la Objetividad como mito hegemónico (por necesidad de eficacia a la hora de construir sentidos hegemónicos, presentar esas parcialidades, que son de grupo o de clase, como valores universales, como verdades “objetivas”).

En atención al cumplimiento de dos derechos y garantías que deben ser contemplados por todo orden democrático (y proclamados por los propios medios hegemónicos) –el derecho de todos y todas a informar y a estar informados, y la libertad de prensa, que rige para todos y todas, no sólo para las empresas de medios y para los periodistas- el diario Clarín (y todos los medios) están obligados a cumplir con un conjunto de preceptivas profesionales, reconocidas por el conjunto de la comunidad aplicada a estos tópicos, e incluso, una vez más, por los propios medios hegemónicos.

El no cumplimiento de esas normas se transforma en un atentado sistemático contra los principios anunciados de derecho a la información y de libertad de prensa. Cuando el diario Clarín, en la nota de su portal electrónico que nos ocupa, sostiene que en la ciudad y el gran Buenos Aires impera la conmoción por tres violentos casos de inseguridad, desconoce, niega, oculta y tergiversa el significado de la palabra conmoción.

El diccionario de la Real Academia Española nos informa al respecto: (Del lat. commotĭo, -ōnis). 1. f. Movimiento o perturbación violenta del ánimo o del cuerpo. 2. f. Tumulto, levantamiento, alteración de un Estado, provincia o pueblo. 3. f. Movimiento sísmico muy perceptible.

Esa manipulación de los métodos aplicables a la construcción de parcialidades, y la utilización en forma indiscriminada de la objetividad como mito hegemónico concluyen en lo que quizá sea el grado más alto de desinformación: la construcción de “realidades” mediáticas ajenas al campo de la realidad.

Los tres episodios en cuestión, graves y de suficiente envergadura como para convertirse en materia noticiable, según la selección de agenda a la que tiene derecho todo medio periodístico, pudieron haber registrado, al tiempo de la difusión de la noticia, cualquier tipo de reacción. Pero ningún habitante de la ciudad y del Gran Buenos Aires fue partícipe o testigo de movimiento o perturbación violenta (…) alguna, ni de ningún tumulto, levantamiento, alteración de un Estado, provincia o pueblo, ni mucho menos de un movimiento sísmico muy perceptible.

Si a las breves consideraciones que hace este artículo sobre el comportamiento puntual de Clarín digital en la información difundida el martes 19 de mayo a las 9 y 36 minutos de la mañana, las cruzamos con los resultados que arrojaron algunos de los detallados análisis realizados por el Observatorio de Medios de Argentina, de la FPyCS de la UNLP, respecto del mismo diario Clarín a lo largo del año pasado (ver www.pecyp.com.ar y elobservatoriodemediosdeargentina.blogspot.com), podríamos concluir que ese diario sí pretende provocar un conmoción, en sentido metafórico, según se desprende de otra acepción que le reconoce el diccionario de la Real Academia Española, cuando se refiere a la cerebral: 1. f. Estado de aturdimiento o de pérdida del conocimiento, producido por un golpe en la cabeza, por una descarga eléctrica o por los efectos de una violenta explosión…la explosión desinformativa para la cual trabajan los oligopolios mediáticos.

martes, 5 de mayo de 2009

Gripe Porcina y Terrorismo Mediático


Esta semana, la Agencia Periodística del Mercosur (APM), de la Facultad de Periodismo y Comunicación Social (FPyCS) de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP), publicó un extenso artículo sobre el comportamiento de los grandes medios oligopolizados respecto de la irrupción de la gripe porcina en México. Un nota del Knight Center for Journalism
University of Texas at Austin alerta en un sentido coincidente. Presentamos ambos reportes.



Mentiras y verdades de la gripe porcina

El montaje mediático terrorista

Corporaciones agropecuarias, bancos, gobiernos, organismos internacionales y medios de comunicación. Todos en el negocio de la epidemia.

Por Víctor Ego Ducrot Desde Buenos Aires 03052009

Agrandar Reducir Restablecer Con la irrupción de la epidemia de fiebre porcina en México, la sociedad global, pero en forma especial sus sectores empobrecidos y dependientes, pasó a ser víctima de un múltiple ataque. Contra ella se dirigen no sólo la enfermedad y sus eventuales consecuencias devastadoras, sino también los intereses de los gigantes transnacionales de la explotación agropecuaria, la banca y los laboratorios, y sus socios funcionales, los consorcios mediáticos corporativizados. Por supuesto, en esa red también juegan un papel destacado muchos gobiernos y organismos internacionales como la Organización Mundial de la Salud (OMS).

El jueves 30 de abril, un canal de la TV por cable de Argentina (C5N) difundió datos que volverían a mencionarse en las horas siguientes: la inmensa mayoría de los casos que a nivel global fueron identificados como afecciones de fiebre porcina no estarían confirmados como tales y el número de victimas fatales por ese mal –también a escala mundial- no habría superado los 12.

Los periodistas del programa fundaban sus afirmaciones en diversas fuentes internacionales y cruzaron miradas de asombro. Un funcionario del área salud de la provincia de Buenos Aires -la más poblada de este país- no confirmaba ni desmentía los datos. Luego esos mismos periodistas comentaron (y se preguntaron) entonces todo lo que se viene afirmando desde los medios de comunicación podría ser inexacto y por consiguiente carecer de credibilidad, cómo puede ser que suceda algo así.

Interesante reacción si no fuese que la respuesta y la responsabilidad justamente corresponden a quienes se asombran y lanzan la pregunta.

Es evidente que la conducta de ese canal argentino -y lo mismo podría decirse de todas la cadenas concentradas de la TV global- están abocadas, desde hace días, a una actitud de machaque constante, construyendo así a una suerte de escenario más destinado a la creación de terror que al establecimiento de un programa de comunicación orientado a la movilización social preventiva.

A principios de la semana pasada, altos funcionarios de la OMS, con impronta gestual de tragedia, desde sus poltronas anunciaban que la pandemia entraba en altera fase cinco de las seis previstas. Pese a ello, horas después, la Unión Europea (UE) informaba que no suspendía sus vuelos hacia México, medida que había sido adoptada como mayores o menores niveles de intensidad en varios países.

En forma casi simultánea, los medios de comunicación informaron que la gripe porcina no se llama gripe porcina sino influenza tipo A, una decisión que, más allá de las precisiones del lenguaje técnico científico, encierra interesantes connotaciones semánticas: se extirpan los sentidos que apuntan a la producción pecuaria de cerdos y quizá también aquellos que comenzaron a circular bajo la denominación gripe de América del Norte.

Después, sobre el último fin de semana, la OMS relativizó sus dichos anteriores. Reconoció que habían muerto 17 personas y que miles de casos aun no estaban confirmados como tales.

Interesante resulta subrayar lo que afirmó el 2 de mayo la revista electrónica Rebelion: la OMS declaró la pandemia en nivel cinco de un total de seis, pero sin embargo no se declara la verdadera pandemia que amenaza a los pobres del planeta:

Cada minuto muere un niño por SIDA

Cada 5 minutos muere un niño por falta de atención médica

Cada 8 segundos muere un niño por agua contaminada

Cada 3 segundos muere un niño por hambre y desnutrición

Cada segundo muere un bebé recién nacido por falta de atención médica; y de los sobrevivientes: dos millones de niños mueren por problemas neonatales, 1,6 millones por diarreas y 1,4 millones por neumonías, lo que significa que cada año 11 millones de jóvenes mueren antes de la pubertad

Cada minuto muere una mujer embarazada por falta de atención médica; y cada año 530 mil mujeres embarazadas mueren por desnutrición.

Cada año hay 133 millones de nuevos nacimientos en el mundo, de los cuales 14 millones son nacimientos prematuros, 4 millones con malformaciones congénitas y 13 millones mueren por falta de incubadora.

100 millones de niños son explotados en la prostitución infantil

El 32 por ciento de las niñas menores de 15 años son embarazadas, de cuyos nacimientos el 55 por ciento surgen los futuros delincuentes de la sociedad

177 millones de niños sufren retraso en su crecimiento por desnutrición y 2 de cada 7 niños sufren retardo mental por desnutrición

El 80 por ciento de toda la sangre para las transfusiones que se comercializan en el planeta son vendidas por los pobres a 10 centavos de dólar el litro

Anualmente se realizan 200 mil trasplantes de riñón, 100 mil de corazón, 1 millón de corneas, 300 mil médulas, 5 mil hígados, 2 millones de piel y 100 mil de pulmones; cuyos órganos en un 90 % provienes de los países pobres, donde el imperio económico instala hospitales "gratuitos" para extraerlos de los pobres los órganos que demandan las clínicas privadas del planeta

El 70 por ciento de los órganos trasplantados a los niños ricos del mundo les fueron extraídos a los niños pobres que son secuestrados en Brasil, Nigeria y México

Es lícito entonces que los no expertos, es decir más del 99,9 por ciento de la población mundial, la misma que estaría expuesta al contagio de fiebre porcina, se pregunte…


¿Qué está sucediendo?


Algunos colegas, como es el caso Mike Davis, pueden ayudarnos a encontrar respuestas. En el artículo La gripe porcina y el monstruoso poder de la gran industria pecuaria, publicado la semana pasada en SinPermiso (www.sinpermiso.info) dice que la gripe porcina mexicana, una quimera genética probablemente concebida en el cieno fecal de una gorrinera industrial, amenaza súbitamente con una fiebre al mundo entero. Los brotes en la América del Norte revelan una infección que está viajando ya a mayor velocidad de la que viajó con la última cepa pandémica oficial, la gripe de Hong Kong en 1968.

Davis es autor del libro El monstruo llama a nuestra puerta (Ediciones El Viejo Topo, Barcelona, 2006). En ese trabajo alertó sobre el peligro de una gripe aviar pandémica de alcance mundial. Ahora, en el artículo que estamos citando explica cómo la gran industria pecuaria globalizada sentó las bases para el brote de gripe porcina en México.

Desde las primeras muertes por H5N1 en 1997, en Hong Kong, la OMS, con el apoyo de la mayoría de administraciones nacionales de sanidad, ha promovido una estrategia centrada en la identificación y el aislamiento de una cepa pandémica en su radio local de brote, seguidos de una masiva administración de antivirales y -si disponibles- vacunas a la población.

Una legión de escépticos ha criticado ese enfoque de contrainsurgencia viral (…). Pero el mito de una intervención audaz, preventiva (y barata) contra la gripe aviar ha resultado valiosísimo para la causa de los países ricos que, como los Estados Unidos y el Reino Unido, prefieren invertir en sus propias líneas Maginot biológicas, antes que incrementar drásticamente la ayuda a los frentes epidémicos avanzados de ultramar. Tampoco ha tenido precio este mito para las grandes transnacionales farmacéuticas, enfrentadas en una guerra sin cuartel con las exigencias de los países en vía de desarrollo empeñados en exigir la producción pública de antivíricos genéricos clave como el Tamiflu patentado por Roche (…).

Tal vez no sea sorprendente que México carezca tanto de capacidad como de voluntad política para gestionar enfermedades avícolas y ganaderas, pero ocurre que la situación apenas es mejor al norte de la frontera (Estados Unidos) en donde la vigilancia se deshace en un desdichado mosaico de jurisdicciones estatales y las grandes empresas pecuarias se enfrentan a las regulaciones sanitarias con el mismo desprecio con que suelen tratar a los trabajadores y a los animales. (…).

Lo paradójico de esta gripe porcina es que, aun si totalmente inesperada, había sido ya pronosticada con gran precisión. Hace seis años, la revista Science consagró un artículo importante a poner en evidencia que, "tras años de estabilidad, el virus de la gripe porcina de la América del Norte ha dado un salto evolutivo vertiginoso"(…).

Los investigadores entrevistados por Science (…) urgían a la creación de un sistema oficial de vigilancia para la gripe porcina: admonición, huelga decirlo, a la que prestó oídos sordos un Washington dispuesto entonces a tirar miles de millones de dólares por el sumidero de las fantasías bioterroristas.

¿Qué provocó tal aceleración en la evolución de la gripe porcina? Hace mucho que los virólogos están convencidos de que el sistema de agricultura intensiva de la China meridional es el principal vector de la mutación gripal: tanto de la "deriva" estacional como del episódico "intercambio" genómico. Pero la industrialización granempresarial de la producción pecuaria ha roto el monopolio natural de China en la evolución de la gripe. El sector pecuario se ha visto transformado en estas últimas décadas en algo que se parece más a la industria petroquímica que a la feliz granja familiar que pintan los libros de texto en la escuela (…). En 1965, por ejemplo, había en los EEUU 53 millones de cerdos repartidos entre más de un millón de granjas; hoy, 65 millones de cerdos se concentran en 65.000 instalaciones. Eso ha significado pasar de las anticuadas pocilgas a ciclópeos infiernos fecales en los que, entre estiércol y bajo un calor sofocante, prestos a intercambiar agentes patógenos a la velocidad del rayo, se hacinan decenas de millares de animales con más que debilitados sistemas inmunitarios (…).

El año pasado, una comisión convocada por el Pew Research Center publicó un informe sobre la "producción animal en granjas industriales", en donde se destacaba el agudo peligro de que "la continua circulación de virus (…) característica de enormes piaras, rebaños o hatos incremente las oportunidades de aparición de nuevos virus por episodios de mutación o de recombinación que podrían generar virus más eficientes en la transmisión entre humanos". La comisión alertó también de que el promiscuo uso de antibióticos en las factorías porcinas –más barato que en ambientes humanos- estaba propiciando el auge de infecciones estafílocóquicas resistentes, mientras que los vertidos residuales generaban brotes de escherichia coli y de pfiesteria (el protozoo que mató a mil millones de peces en los estuarios de Carolina y contagió a docenas de pescadores…).


Es el dinero, siempre el dinero


Por su parte, y también la semana pasada, el diario La Jornada, de México, sostuvo que, en ese país, las grandes empresas avícolas y porcícolas han proliferado ampliamente en las aguas (sucias) del Tratado de Libre Comercio de América del Norte. Un ejemplo es Granjas Carroll, en Veracruz, propiedad de Smithfield Foods, la mayor empresa de cría de cerdos y procesamiento de productos porcinos en el mundo, con filiales en Norteamérica, Europa y China. En su sede de Perote comenzó hace algunas semanas una virulenta epidemia de enfermedades respiratorias que afectó a 60 por ciento de la población de La Gloria, hecho informado por La Jornada en varias oportunidades, a partir de las denuncias de los habitantes del lugar. Desde hace años llevan una dura lucha contra la contaminación de la empresa y han sufrido incluso represión de las autoridades por sus denuncias. Granjas Carroll declaró que no está relacionada ni es el origen de la actual epidemia, alegando que la población tenía una gripe "común". Por las dudas, no hicieron análisis para saber exactamente de qué virus se trataba.

El artículo, escrito por Silvia Ribeiro, añade: ya en la epidemia, son también trasnacionales las que más lucran: las empresas biotecnológicas y farmacéuticas que monopolizan las vacunas y los antivirales. El gobierno anunció que tenía un millón de dosis de antígenos para atacar la nueva cepa de influenza porcina, pero nunca informó a qué costo.

Los únicos antivirales que aún tienen acción contra el nuevo virus están patentados en la mayor parte del mundo y son propiedad de dos grandes empresas farmacéuticas: zanamivir, con nombre comercial Relenza, comercializado por GlaxoSmithKline, y oseltamivir, cuya marca comercial es Tamiflu, patentado por Gilead Sciences, licenciado en forma exclusiva a Roche. Glaxo y Roche son la segunda y cuarta empresas farmacéuticas a escala mundial y, al igual que con el resto de sus fármacos, las epidemias son sus mejores oportunidades de negocio.

Con la gripe aviar, todas ellas obtuvieron cientos o miles de millones de dólares de ganancias. Con el anuncio de la nueva epidemia en México, las acciones de Gilead subieron 3 por ciento, las de Roche 4 y las de Glaxo 6 por ciento, y esto es sólo el comienzo.

Otra empresa que persigue este jugoso negocio es Baxter, que solicitó muestras del nuevo virus y anunció que podría tener la vacuna en 13 semanas. Baxter, otra farmacéutica global (en el lugar 22), tuvo un "accidente" en su fábrica en Austria en febrero de este año. Le envió un producto contra la gripe a Alemania, Eslovenia y la República Checa, contaminado con virus de gripe aviar. Según la empresa, "fueron errores humanos y problemas en el proceso", del cual no puede dar detalles, "porque tendría que revelar procesos patentados".

Alfredo Jalife-Rahme, también de La Jornada, escribió: llama poderosamente la atención la omnisciencia del Pentágono, el FMI y el Foro Económico Mundial de Davos sobre el esparcimiento de los virus. Hace 13 años se publicó un estudio Air Force 2025 en cuyo capítulo cinco se presenta un cronograma con una "historia plausible" donde en 2009 la influenza aniquilaría a 30 millones de personas (INFOWARS, 5/3/09).

El resucitado FMI, nuevo redentor del mundo (según la cumbre londinense del G-20), hace tres años estimulaba a la comunidad empresarial neoliberal a "desarrollar planes de emergencia" para lidiar con la pandemia de, en ese momento, fiebre aviar global (VOA, 13/3/06). Al parecer, la plutocracia neoliberal mexicana y sus ineptas autoridades sanitarias (Breitbart.com, 27/4/09), tan supeditadas a los lineamientos del FMI, no leyeron su aviso visionario.

La "misteriosa" (The Economist dixit) influenza mixta de triple cepa (porcina, aviar y humana), genéticamente originaria de EU y que extrañamente se brincó las trancas interespecies, obliga a plantear la hipótesis adicional de un "accidente" de laboratorio híbrido: militar y privado.

En forma no menos omnisciente, el Comité para Mejorar la Situación del Mundo”, del Foro Económico Mundial de Davos, en sus reportes anuales sobre los "riesgos globales" (específicamente el de 2007, patrocinado por Citigroup, la aseguradora Swiss RE, la financiera Marsh & McLennan Companies y el Centro de Riesgo de la Escuela Wharton) correlaciona la simultaneidad de la crisis financiera global y la crónica de una pandemia anunciada con la “reacción violenta (backlash) contra la globalización”, lo que "provocaría un incremento del militarismo y las tendencias autoritarias que reconfigurarían la geopolítica global". ¿De dónde nace tanto interés extra curricular de los banqueros y financieros neoliberales, es decir, la fauna más misántropa del planeta, por los "riesgos globales"?


¿Y los señores de la guerra?



En tanto, el 29 de abril pasado un reporte de Telesur sostuvo que una investigación periodística hecha por la organización Pacífica, con sede en Estados Unidos, asegura que dentro de la difícil situación que vive el mundo por causa de la gripe porcina, existen manos que pudieran haberla usado como arma biológica o como negocio para beneficio de políticos de ese país.

Un informe del periodista de origen mexicano Fernando Velázquez, productor del programa radial Informe Pacífica, hace mención de un artículo de la investigadora norteamericana Lori Price, titulado "La gripe acaba con los memos de la tortura", donde asegura que la influenza porcina fue fabricada probablemente en laboratorios militares de Estados Unidos, y ha acabado con la noticia de los memos sobre la tortura ordenada por la Agencia Central de Inteligencia (CIA) contra prisioneros en Guantánamo, Abu Ghraib, y cárceles secretas.

Toma como referencia al periodista estadounidense Ralph Schoenman, productor del programa radial "Taking Aim" de Nueva York. Schoenman afirma que los laboratorios militarizados a lo largo de Estados Unidos han estado perfeccionando armas biológicas con los virus porcino, aviar, el asiático y otras enfermedades para las que no hay respuesta inmunológica.

Velázquez recuerda el libro "Matando la esperanza", donde el norteamericano William Bloom describe que en 1971 la central de inteligencia proveyó a exiliados cubanos con un virus que causa fiebre porcina africana. Seis semanas después, un brote de la enfermedad obligó al gobierno de ese país antillano a sacrificar a medio millón de puercos. Diez años después la población fue atacada por una epidemia de dengue transmitida por mosquitos, que se extendió por la isla enfermando a más de 300 mil personas y matando a 158 (de los que más de un centenar eran niños menores de 15 años).

Reporta también que documentos desclasificados en 1956 y 1958 revelan que el ejército estadounidense crió grandes cantidades de mosquitos en La Florida y en Georgia para ver si los insectos podían ser usados como armas diseminando enfermedades, y que en 1969 más de 500 estudiantes de 36 países se graduaron en cursos sobre guerra epidemiológica en la escuela de química del ejército en Fort McClellan en Alabama.

Al parecer los dividendos pararían directamente a manos de los laboratorios Gilead Sciences Inc. dirigidos por Donald Rumsfeld, ex secretario de Defensa de EE.UU., que tienen los derechos sobre el fármaco "Tamiflu", que se está vendiendo como remedio para la gripe y que ya hizo una recaudación billonaria con la gripe aviar.


Algo más sobre los medios. Dengue y soja


La irresponsabilidad de las corporaciones mediáticas en situaciones de alertas sanitarios no tiene límites. En medio del estallido de la gripe porcina, un periodista del ya mencionado canal de cable C5N preguntó a un médico, con toda soltura: ¿acaso es peligroso comer jamón?

El entrevistado no pudo ocultar su azoramiento y demoró unos cuantos segundos en contestar que no. Cuando estaba a punto de pedir por favor que no se digan disparates, el ilustre comunicador, por supuesto, cambió de tema.

En la últimas semanas, los grandes medios habían dedicado su agenda en forma casi exclusiva al brote de dengue que se registra en este país - en medio de la confusión informativa que impera no se sabe con certeza el número exacto de personas afectadas; la cifra superaría los 20.000-, desplegando el mismo criterio editorial que el utilizado para referirse a la epidemia de gripe porcina. Sólo le daban descanso a la enfermedad del mosquito para poner en caja de resonancia cuanto hecho de crónica roja tuviese lugar y para criticar al gobierno nacional, por lo que hace o no hace, por lo que dice o no dice.

Una de las técnicas desinformativas más utilizadas por los medios corporativos argentinos es darle relevancia a voces sin representación y hasta absolutamente desconocidas hasta ese momento. Un ejemplo fue la repentina aparición de una ONG sin antecedentes, Médicos Sin Banderas. La preside un economista y trataron de instalarla primero en ocasión de la irrupción local del dengue y luego con motivo del caso gripe porcina.

En su edición del pasado fin de semana, el semanario Veintitrés dio cuenta de esa organización y de su principal portavoz, Ariel Umpierrez: tuvo un paso por Médicos en Catástrofe pero allí lo denunciaron por manejos irregulares de 250 mil dólares donados por la ONU; luego apareció vinculado al empresario y político de derecha Ramón Puerta y a los propios ex presidentes Carlos Menem y Eduardo Duhalde. En la actualidad figura entre los convocados por la opositora Coalición Cívica, que encabeza Elisa Carrió, famosa por sus apreciaciones apocalípticas, por reconocer que se comunica con la Virgen y por ser una ferviente crítica del actual gobierno, con posiciones que van desde la más ramplona derecha hasta una verdadera fiebre de delirios acusatorios.

Por supuesto, ninguno de los oligopolios de la palabra y la imagen le prestaron atención al tema sí resaltado el 26 de abril pasado por el diario argentino Página 12: Un trabajo reciente del ingeniero agrónomo Alberto Lapolla vincula la epidemia de dengue con la sojización. Desde hace años se advierte una invasión de mosquitos de las especies Aedes y Culex en lugares del país y épocas del año inhabituales, como la pampa húmeda mucho más allá del verano.

En 2008, la invasión se extendió hasta mayo, pese al descenso de la temperatura. Ya en 2007 y 2008 hubo casos de fiebre amarilla en Bolivia, Paraguay, Brasil y el Norte argentino, que entonces se adjudicaron a viajeros, porque es confortable pensar que el mal siempre viene de afuera. Con la epidemia de dengue de este año se hizo evidente que la invasión incluía al temible Aedes aegypti, vector de la fiebre amarilla y el dengue.

El estudio de Lapolla señala la equivalencia del mapa de la invasión mosquitera con el de la República Unida de la Soja, según la definición de la multinacional Syngenta: Bolivia, Paraguay, Argentina, Brasil y Uruguay, donde el poroto transgénico de Monsanto se fumiga con el herbicida glifosato, y sus compañeros de ruta, 2-4-D, Atrazina, Endosulfán, Paraquat, Diquat y Clorpirifós.

Todos los venenos mencionados “matan peces y anfibios, sapos, ranas, escuerzos, etc., es decir los predadores naturales de los mosquitos, de los que se alimentan tanto en su estado larval como de adultos”. Esto se comprueba en “la casi desaparición de la población de anfibios en la pradera pampeana y en sus cursos de agua principales, ríos, arroyos, lagunas y bosques en galería, así como el elevado número de peces que aparecen muertos o con deformaciones físicas y graves afectaciones en su capacidad reproductiva”, como han informado reiterados estudios e investigaciones.

A esto debe sumarse la deforestación en las áreas boscosas y de monte del Noreste y el Noroeste, que destruyó su equilibrio ambiental, “liquidando el refugio y hábitat natural de otros predadores de los mosquitos, lo cual permite el aumento descontrolado de su población”.

Hace dos semanas visitó la Argentina la periodista francesa Marie-Monique Robin para la presentación de su libro El mundo según Monsanto, recién traducido al castellano. La ministra de Salud Graciela Ocaña la invitó a conversar, pero no pudo asistir a la cita porque fue llamada desde la presidencia por la irrupción de la epidemia de dengue. En su lugar, la audiencia se realizó con el secretario de Determinantes de la Salud y Relaciones Sanitarias, Licenciado Alberto Hernández. “Fue muy simpático y amable, pero no tenía la menor idea del tema. Al punto que me preguntó por qué había tantas fumigaciones”, fue el azorado comentario de la investigadora.

Interrogantes, dudas, sospechas y certezas. ¿Las victimas? Siempre son (somos) los mismos.



Knight Center for Journalism. University of Texas at Austin

Para analistas de medios, la intensa cobertura sobre el virus H1N1 causa pánico innecesario. Rápidamente, la influenza A H1N1 (el nombre adoptado por la OMS para la gripe porcina) acaparó la atención de los medios de comunicación de todo el mundo y adquirió importancia también en la blogosfera, en las redes sociales como Facebook y en Twitter.

Sin embargo, varios analistas creen que la intensa cobertura dada a la enfermedad ha servido para aumentar el nivel de ansiedad de la población, reportó Observatório da Imprensa.

"Hay una diferencia entre mantener a (la audiencia) informada y exagerar la historia", dijo la bloguera y cofundadora del Huffington Post, Arianna Huffington, según la nota. "A los medios de comunicación le gustan los escenarios apocalípticos, como la gripe aviar y el problema informático del año 2000", añadió.

En Venezuela, el presidente Hugo Chávez acusó a los medios privados de manejar de manera irresponsable el tema y crear angustia sobre la pandemia. En Brasil, Vinicius Torres Freire, columnista de Folha de S. Paulo, también calificó de exagerada la respuesta de los medios. "El dengue, la malaria y la disentería matan a millares de personas (...), lo mismo que atropellamientos, apuñaladas y tiroteos. Pero ahora un solo virus en los medios lleva a multitudes a las farmacias", señaló en su columna (requiere subscripción).

Una opinión similar expresó Hamilton Nolan, del sitio web Gawker.com, quien recordó que muchas más personas han muerto en México por culpa de la violencia ligada al narcotráfico que por el virus H1N1. "Es una historia para la página B3 y fue colocada en la A1", dijo.

El frenesí ha sido tal que un ejército de reporteros y fotógrafos llegaron hasta el pueblo mexicano de La Gloria, en el estado de Veracruz, para dar con Edgar Hernández, un niño de cinco años de quien se dice fue el primer humano en padecer el virus. El niño, a propósito, está sano (pero bajo la lupa de la prensa mundial).
La Asociación Nacional de Periodistas Hispanos de Estados Unidos (NAHJ, por sus siglas en inglés) expresó preocupación por la cobertura dada al tema y pidió a los periodistas presentar los hechos de una forma más justa y equilibrada. A su juicio, se corre peligro de vincular a los inmigrantes mexicanos con la propagación de la enfermedad en Estados Unidos y desligar de responsabilidad a los turistas estadounidenses de regreso de sus vacaciones en México.